21 de octubre de 2009

Japón y Colombia más buenos ejemplos

La basura en Japón… hace 20 años(texto publicado en enero de 1989, en la revista TIME)


La entrada al edificio municipal de Machida, una dinámica ciudad del Japón, parece conducir a un jardín exuberante donde se escucha el delicado correr de una fuente pero definitivamente no se llega a un jardín botánico. Es la atractiva entrada a una instalación que costó $65 millones de dólares con el propósito de ejecutar un trabajo sucio: reciclar los desechos de los 340,000 residentes de la ciudad. “Recolectamos alrededor de 100,000 toneladas de basura al año y la reconvertimos a material valioso”, señala un funcionario del saneamiento de la ciudad. Y tiene razón de estar orgulloso pues Japón es uno de los principales líderes mundiales en el eficaz manejo de desechos sólidos.

Japón sigue el principio de “no gasto, no hay basura”. El año pasado recicló el 50% del papel desechado, el 55% de sus botellas de vidrio y el 66% de sus latas de bebidas y alimentos. La mayor parte de la basura restante se convirtió en fertilizantes, gases combustibles y metales reciclados.

Tras bambalinas, evidentemente existe una tecnología del reciclaje y un sistema de recolección de basura de punta. La planta de Machida puede tratar casi cualquier tipo de desecho reciclable: flamables, inflamables, botellas, latas, muebles y refrigeradores y tóxicos como baterías. Dependiendo de la categoría, los desechos se filtran, se queman, se trituran, al ser procesados y convertidos en materiales reutilizables. La chatarra se separa del resto de la basura por medio de imanes gigantescos. La mayor parte del proceso de reciclaje está controlado por computadoras: sólo 45 personas trabajan por turnos, las 24 horas del día.

La gestión prudente de los desechos sólidos no sería posible sin la cooperación disciplinada de los japoneses. Antes de sacar su basura a la calle, observan religiosamente las normas, por ejemplo, cómo separar botellas y latas, materiales combustibles como papel de los no combustibles como vidrio y plásticos duros. El que quiera deshacerse de un refrigerador o un televisor viejo sólo tiene que llamar por teléfono al departamento de Saneamiento para que pasen a recogerlo. Un funcionario afirma que “los japoneses vivimos en espacios muy reducidos y por eso, tomamos muy en serio el reciclaje de la basura”.

Y en realidad, sí vale la pena reciclar. De 100,000 toneladas de basura típicamente japonesa se obtiene suficiente pulpa de madera para fabricar un rollo de papel higiénico que serviría para envolver diez veces al planeta Tierra.

CASO COLOMBIA
Recolección y transporte de basura en áreas de difícil acceso: Medellín, ColombiaEn la ciudad de Medellín, ubicada en un valle en medio de Los Andes, la población se ha asentado en las montañas, a ambos lados del río del mismo nombre. No obstante, a medida que la urbe se aleja del río el suelo es más inestable.

En estos terrenos inestables y de fuertes pendientes viven los inmigrantes, fundamentalmente campesinos desplazados por la violencia. Radican donde no hay caminos, ni electricidad, ni agua potable, ni sistema de tratamiento de aguas residuales.

Cabe recordar que durante los ochenta, cuando las mafias y las guerrillas ganaban poder en Colombia, el enfrentamiento entre el gobierno y estos grupos se dio con mayor ferocidad en las áreas rurales del país. Los campesinos se vieron forzados a migrar a las ciudades.

En Medellín se instalaron en las áreas periféricas, donde las laderas son empinadas y los terrenos inestables. En estas áreas construyeron viviendas pequeñas y frágiles, próximas entre sí y a los arroyos donde arrojaban desperdicios, sólidos y líquidos, situación que causó muchos problemas sanitarios.

En la actualidad, las casas, muy próximas entre sí, se edifican donde puedan beneficiarse del trazado y construcción de caminos accesibles para automóviles y los camiones recolectores de basura.

Sin embargo, a consecuencia de la considerable inmigración, los niveles de delincuencia eran muy altos, constituyendo un peligro para los camiones recolectores de basura en el momento de acceder a estos sitios. Además, no existía alumbrado público, los caminos eran pequeños túneles o escaleras y el terreno presentaba pendientes muy acusadas. Era peligroso entrar en estos barrios siendo un desconocido para la comunidad.

Los camiones de distribución de productos eran asaltados cada vez que intentaban entrar a algún barrio cercano. La gente no había recibido hasta entonces ningún tipo de indicación sanitaria, por tanto arrojaba basura y desperdicios en cualquier lugar, con preferencia por los ríos y arroyos.

En las áreas afectadas pululaban ratas, mosquitos y distintos vectores infecciosos, sin olvidar las enfermedades causadas por la contaminación de las aguas. Los fuertes olores eran insoportables.

Para conseguir retirar la basura sin peligro, la compañía de recolección de basura de la ciudad, Empresas Varias de Medellín, decidió ofrecer contratos de trabajo para los habitantes de estos barrios, a través de los distintos consejos comunitarios, a fin de que apoyasen la recogida manual de la basura en carretas para llevarla a centros de acopio temporal donde los camiones de la compañía pueden acceder sin peligro.

Conseguir entrar en estas áreas significó un intenso proceso de formación y participación pública, donde antropólogos, sociólogos, psicólogos e ingenieros sanitarios tuvieron que transmitir a los habitantes que manejar adecuadamente la basura repercutía en su propio beneficio. Pronto los pobladores se sensibilizaron de que la correcta gestión de la basura hacía el entorno más agradable y que también podían obtener algún beneficio económico de la recuperación y venta de materiales reciclados.

Al comenzar la iniciativa hubo que lidiar con una serie de problemas, pero la correcta gestión de los mismos ha proporcionado a esta comunidad la oportunidad de trabajar, recibir un salario, aprender a trabajar asociativamente y a ser emprendedores, al tiempo que protegen sus ríos y arroyos de la contaminación y de la emergencia sanitaria por la descomposición de desperdicios.


Producto del esfuerzo, Empresas Varias de Medellín ha conseguido que su servicio de recolección de basura atienda al 99.4% de la población que vive en Medellín (2 millones de habitantes en total), de la cual alrededor del 9% viven en áreas de difícil acceso. Las condiciones ambientales en las áreas de difícil acceso han mejorado gracias a la disminución del vertido de residuos en los ríos y suelos de la zona. Las comunidades colaboran en la recolección de basura y obtienen salarios justos por su trabajo.

La semana pasada un comentario me llamo la atención cuando pase al lado de una de mis vecinas, ella decia..bueno y para que separamos la basura si de todos modos toda la van a quemar...y la otra le contestaba..pues eso es cierto, o tengo idea.


Esta experiencia enseña que los procesos de participación ciudadana son muy importantes a la hora de poner en marcha un nuevo proyecto. Los proyectos tienen mayores posibilidades de éxito cuando se toma en cuenta a la gente, pues si se explica por qué y cómo se pone en marcha la iniciativa, se consigue implicar a la gente como parte del proyecto mismo. En consecuencia, en la medida que la gente se identifica con el proyecto, colaboran con él en vez de quejarse o boicotearlo.

y nosotros ¿cuando empezamos?

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